Los patrones de migración de dos especies de pingüinos que viven en las Islas Malvinas, Argentina, (el pingüino de Magallanes y el pingüino de penacho amarillo) han sido supervisados por satélite desde 1997. Entre 15 a 20 individuos de cada especie fueron equipados con receptores de satélite. Los observadores querían descubrir sus rutas migratorias, así como la rapidez con que viajan. Hasta el momento ningún pingüino ha completado una migración completa sin parar.
Geografía
En su migración los pingüinos magallánicos dejan las Malvinas y nadan hacia el noroeste. Algunos nadan lejos de la costa a lo largo de la plataforma patagónica. Los pingüinos que optan por esta ruta de viaje llegan más rápido que los que nadan en las aguas costeras de América del Sur. Viajan por 75 días y cubren cerca de 22 millas por día, para un promedio de 1125 kilómetros.
Los pingüinos de penacho amarillo no se van tan lejos de la costa, prefieren permanecer cerca de la parte continental. También viajan por 75 días a una tasa de alrededor de 12 millas por día para un viaje promedio de 437 millas. Todos los pingüinos migran hacia el oeste, los científicos hasta el momento han concluido que existe una amplia variación en sus patrones. Parecen ir a diferentes lugares en diferentes estaciones del año.
Consideraciones
La población de pingüinos de penacho amarillo de las Islas Malvinas esta disminuyendo. En los seis años comprendidos entre 2000-2006, un tercio de estas aves desaparecieron. Los científicos están explorando las causas de esta disminución.
Advertencia
Conocer las rutas y patrones migratorios de los pingüinos s importante debido a la demanda del hombre por el petróleo que se perfora en alta mar. Algunos expertos temen que la exploración de petróleo y las plataformas de perforación puedan interferir con los pingüinos. Esto podría poner aún más en riesgo la supervivencia de estas aves.
Si las rutas migratorias de los pingüinos se pudieran predecir, la ubicación de las plataformas de perforación y las exploraciones serian capaces de ajustarse con el fin de no hacerles daño.